lunes, 8 de agosto de 2011

Las plantas que curan...


ANETO
(Eneldo)
(Anethum, graveolens)

Hay poca diferencia entre el aneto y el hinojo; muchas personas confunden estas dos plantas porque, efectivamente, son muy parecidas, tanto por su olor pronunciado de anís como en el hinojo común, como también en el aneto. En efecto, las dos plantas tienen propiedades medicinales.
El aneto es una planta anual, llega hasta ochenta centímetros de alto, su tallo es liso, finito y de un color verde oscuro con rayas de un color blanquecino azulado, que es fragante. Las hojas son de un color azul verde, parecidas a las hojas de hinojo, pero no tan tupidas. Las flores están repartidas en la terminación de cada ramita de la planta.
En la medicina doméstica tiene el aneto las mismas aplicaciones que el hinojo, anís o comino.
Además se usa el aneto como un remedio contra las ventosidades y como un buen estimulante general.
Para este fin se hace un té de cuatro a ocho gramos de semillas y un litro de agua hirviente, se toma por tazas durante el día.
Unos diez gramos de semillas y un manojo de la hierba alta de la planta hervidas en agua o vino en la cantidad de un litro, tomadas por vasos, aumenta considerablemente la leche en las madres que crían, produce un estado de ánimo contento, disipando la tristeza, nerviosidad, enojo y mal humor.

Regularía las evacuaciones del intestino, aumenta la cantidad de orina. Es muy indicado este cocimiento por cucharadas en los casos de hiperacidez del estómago, etc., para neutralizar los gases y quitar la quemazón que los enfermos sienten, y también, sobre todo, las náuseas en todos los casos.
Baños de vapor del aneto quitan los dolores de la matriz.
El aneto hervido en aceite de oliva y aplicado caliente sobre forúnculos, etc., hace madurar y quita el dolor en todos los casos.

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