Aunque es una planta de la China y del Japón, crece muy bien en Sudamérica y sus frutos son tan buenos como los traídos de su país de origen.
Tienen el nombre de anís etrellado porque están formados de ocho a doce folículos dispuestos en modo de estrellas, tienen un olor agradable y un sabor azucarado, aromático al principio, que no tarda en convertirse en acre. Es muy parecido al anís común y al hinojo. Se emplea el anís estrellado contra los dolores nerviosos del estómago y de los intestinos. Es un excelente calmante para los dolores nerviosos. Es muy conocido el anís estrellado como remedio para ventosidades, cataros del pulmón, toses crónicas y debilidades de la digestión que se hace con lentitud. En los campos los chacareros dan el té de anís a los chicos cuando creen que están empachados y obtienen buen resultado.
El té de anís estrellado facilita los trabajos intelectuales y pone de buen humor a la persona, alejando en seguida las ideas tristes.
El té se prepara con una cucharada de anís y un litro de agua hirviente y se toma como un té común en taas grandes, con o sin azúcar.
En las farmacias se vende el agua destilada de anís estrellado, que se puede tomar de 20 a 40 gotas por día cn el mismo fin.
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